De esta manera anunciaba la muerte de nuestro paisano Manuel
Delgado y Parejo el diario nacional El Imparcial de fecha 20 de septiembre de
1895. En un desgraciado accidente, fruto
del infortunio, se hundió el buque aviso de hélice Sánchez Barcaiztegui después
de chocar con el vapor Mortera.
El Sánchez Barcaiztegui, buque en el que perdió la vida Delgado Parejo.
El resto de la prensa nacional e internacional se hizo eco
de la noticia y durante muchos días ocupó secciones importantes en los
periódicos. Delgado Parejo había sido
promovido a jefe del Apostadero tres meses antes. Era el puesto de mayor responsabilidad
(dentro de la Armada) en la zona de las Antillas Españolas, pues de su mando
dependía la mayor parte de la flota de esa zona. Antes de llegar a ese puesto
había tenido una carrera brillante como marino de guerra. ¿Quién fue este hombre, tuvo mucha relación
con Puente Genil o, por el contrario, sólo pasó aquí los años de su niñez? En este artículo pretendo dar datos de su biografía,
de su carrera como militar y de su relación con el pueblo que le vio nacer.
Retrato de Delgado Parejo que se conserva en el Museo Naval
D. Juan Delgado Montoro era natural de Arjona, Jaén. Se había casado con Dª Juana Montoro y
Cañero, dama de Puente Genil. De su
matrimonio nacieron Carlos, Manuel, Francisco, Carlota, Ana y Narcisa. De lo hijos, Carlos fue abogado, caballero de
la Orden de Santiago, auditor honorario de la Marina y alto funcionario de la
Hacienda en Cuba. Terminó sus días en
Puente Genil, acrecentando la bien ganada fortuna personal y administrando la
de su familia. A él y su esposa, la
cubana Carmen Bruzón García Garáiz, se deben, entre otras cosas, la obra de
ampliación de la entonces ermita de Jesús Nazareno en lo que ahora es la capilla
de San Cristóbal. Francisco fue abogado,
fiscal, registrador de la propiedad y hombre de leyes. Caballero de
Calatrava y hacendado en Puente Genil.
Ana María fue la madre de Celia Méndez Delgado, fundadora de las
Esclavas del Divino Corazón.
Manuel, el menor de los varones, nació en Puente Genil, el
29 de enero de 1828. Comenzó su carrera
militar como guardia marina el 29 de enero de 1844, día que ingresó en la
Compañía de Guardiamarinas del Departamento de Cádiz. Por los datos históricos que hemos podido
recabar en el Ministerio de Defensa, formó parte de la última promoción del
Colegio Real y Militar de Guardias Marinas de La Carraca que pasó a denominarse a partir de 1845 Colegio
Naval Militar. En 1848 ascendió, tras
terminar sus estudios teóricos, a guardiamarina de 1ª. Fue destinado a la fragata Reina Dª Mª
Cristina. En 1850, cuando formaba parte
de la tripulación del navío Soberano, recibió el despacho de alférez de navío
(el equivalente a teniente del los ejércitos de tierra y aire).
Durante esa etapa de alférez de navío sirvió en la flota de
Filipinas. Esa escuadra se dedicaba en
la época de que hablamos a la lucha contra la piratería joloana. En este destino ascendió, en 1857, a teniente
de navío (capitán). Participó con la
flota española en la Guerra de África de 1859 - 1860 (que terminó con la famosa
batalla de Wad Ras y el tratado del mismo nombre de 26 de abril de 1860). Por el heroísmo mostrado en la campaña, en
1860 se le ascendió (lo mismo que a muchos de los oficiales y jefes
participantes) a comandante del Ejército y le fue concedida la Medalla de la
Campaña de África. Y es que el Gobierno
optó por recompensar las acciones en
esta guerra de una forma que no perjudicara al resto de miembros de la Armada
que estaban destinados en otros lugares de riesgo como Filipinas o las
Antillas. Por eso, los ascensos
concedidos fueron en el Ejército. En mayo
de 1865 toma el mando del vapor General Lezo (1865) y en agosto pasa a mandar
la goleta Santa Teresa
Pero el destino en el que desarrollaría gran parte de su
carrera militar y en el que desplegaría y haría gala de sus dotes para el mando
fue en la flota de las Antillas, a bordo de los vapores Congreso y Bazán. En octubre de 1868 asciende a capitán de
fragata, en diciembre de 1872 a capitán de navío. En el año 1873, época de la insurrección
cantonal de la Primera República, estuvo en el arsenal de la Carraca a las
órdenes del Capitán General de ese departamento. Durante la Primera Guerra de Cuba o Guerra de
los Diez Años (1868 – 1878) mandó las fragatas
Blanca y Gerona. Los grandes servicios prestados al mando de
ese buque tuvieron muchas consecuencias posteriormente. Al terminar esa guerra es nombrado capitán
del puerto de La Habana, cargo en el que permaneció hasta 1880, para pasar a
ocupar el puesto de Oficial Primero del Ministerio de Marina.
Fragata de hélice Gerona, en la que Delgado Parejo sirvió con heroísmo a España durante la Guerra de los Diez Años (1868 1878)
Fotografía tomada de todoavante.es
En 1884 ascendió a capitán de navío de primera clase, un
grado que no existe en la actualidad y que equivalía al de brigadier. Este mando se creó en la reorganización que
sufrió la Armada en 1868. Anterior a
este último ascenso fue la concesión de la placa de San Hermenegildo en mayo de
1883. En el empleo de capitán de navío
de primera clase estuvo destinado en el Ministerio, en la Junta Consultiva (de
la que fue secretario). En 1885
participa en la Comisión del Código de Policía y Disciplina y en noviembre es
nombrado Secretario General del Ministerio y Consejo de Gobierno de la
Marina. En 1886 recibe la Gran Cruz de
San Hermenegildo. En 1888 participa en
la comisión del Código Penal Marítimo y en agosto de 1889 es nombrado
Comandante General de Puerto Rico. En
este puesto permaneció hasta marzo de 1891, fecha en que fue ascendido a
contralmirante. Como tal fue nombrado
Director General de Personal.
Portada de La Ilustración Española y Americana, de 15 de junio de 1895, en la que se anuncia su nombramiento de Jefe del Apostadero de La Habana.
En 1895 vuelve a estallar la insurrección en Cuba. Esta sería la última guerra de España por sus
colonias de ultramar y terminaría con el famoso Desastre del 98 y la pérdida de
las colonias. El Gobierno, teniendo en
cuenta los servicios prestados por Delgado Parejo en la anterior guerra de Cuba
(recuérdese que sirvió como capitán de las fragatas Blanca y Gerona), confió el
mando del apostadero del las Antillas al contralmirante Delgado Parejo.
Nuestro paisano se trasladó a Cuba el 30 de mayo de
1895. A los pocos días toma el mando de
su nuevo puesto e inicia una serie de acciones encaminadas a controlar la
insurrección. Una de ellas era la de
erradicar el contrabando de armas de fuego que llegaban a los insurrectos a
través de barcos procedentes de Estados Unidos.
Para ello se realizan patrullas nocturnas a lo largo de la costa. Gestionó la compra de barcos que se
convertirían en fundamentales para el apoyo a las fuerzas españolas en campaña
(barcos hospital y de suministros)
La noche del 18 al 19 de septiembre de 1895 el
contralmirante embarca, junto a sus ayudantes, en el Sánchez Barcáiztegui en
una misión de reconocimiento. Al salir
del puerto de La Habana se produjo un accidente en la sala de máquinas del
buque, debido (según parece) a que uno de los maquinistas metió un brazo entre
las correas de la dinamo de uno de los motores.
El resto de la historia ya se ha podido leer en el recorte de El
Imparcial. Insertamos lo aparecido sobre
su muerte y entierro en Diario de la Marina de 20 de septiembre de 1895 y
reproducido por Aguilar y Cano en El Libro de Puente Genil:
D. Manuel Delgado Parejo fue
enterrado con todos los honores militares en el cementerio de La Habana. Relatan los periódicos de la época que
llevaba trescientas coronas e iba escoltado por los miembros que se salvaron de
la tripulación del Sánchez Barcaíztegui.
Se conserva una fotografía del cortejo fúnebre, aparecida en la revista
La Ilustración Nacional, de 10 de noviembre de 1895.
DELGADO PAREJO Y PUENTE GENIL
Como ya se dijo al principio, Manuel
Delgado pertenecía a una familia de Puente Genil. Aunque su padre procedía de Arjona (Jaén), la
familia materna si era pontana. A pesar de haber ingresado con tan solo
dieciséis años en la Armada y haber surcado los mares de todo el mundo, nunca
perdió el contacto con Puente Genil. No
perdía ocasión para volver a su pueblo.
Este hecho es contrastable en los diversos periódicos de ámbito nacional
en el que pide permisos para volver a su tierra. De hecho, poco antes de ser nombrado
contralmirante estaba vislumbrando una dorada jubilación en nuestro
pueblo. Aquí poseía por herencia
familiar propiedades rústicas (olivares, dehesas, etc.). Fue fundador y primer propietario de la
fábrica de cal y yeso de San Luis, situada en ese pago de nuestro término
municipal. Según parece, formó una
sociedad llamada La Amistad. También se
dedicó a la explotación aceitera, con molino propio en su cortijo de La
Rentilla o San Luis. Su presencia en
nuestra localidad iba acompañada de banquetes, homenajes y eventos
culturales. En Pepita Jiménez, revista
literaria de ámbito local fundada por José Contreras, se le rinde homenaje con
la emotividad del amigo del alma
perdido. Participó en el banquete que, con motivo de la publicación de La Vida
Inquieta, le hicieron sus amigos a Manuel Reina Montilla, con un elogioso
brindis de honor. Así aparece reflejado
en el Diario de Córdoba de 8 de enero de 1895.
Su
muerte cayó como un jarro de agua fría en Puente Genil. El ayuntamiento decidió poner el nombre de
Contralmirante Delgado Parejo a una de sus calles principales, la calle Ancha y
poner una placa en la casa consistorial.
En el salón de plenos, lo mismo que se hizo en su momento con Godínez,
se colocó un cuadro similar al que se conserva en el Museo Naval. Este retrato, según nos cuenta el cronista
oficial de la villa de Puente Genil, Antonio J. Illanes Velasco, fue destruido
durante los disturbios de la época de las Segunda República, ya que
confundieron al Contralmirante con Primo de Rivera… En la parroquia de la Purificación se celebró
un solemne funeral cuyo relato en Pepita Jiménez de fecha 7 de octubre de 1895
insertamos:
El
heroico comportamiento de Manuel Delgado no pasó desapercibido para
España. A iniciativa de la colonia
española en Nueva York, que lo compró por suscripción popular, se botó un
cañonero al que se puso por nombre “Delgado Parejo”. Este barco participó en la guerra hispano –
cubano – norteamericana de 1898, siendo hundido por la escuadra estadounidense
en el combate de Manzanillo. Un honroso
final para una embarcación que llevaba el nombre de uno de los más preclaros
hijos de Puente Genil que antepuso el deber, el pundonor y la nobleza de
corazón a la propia vida.
Sus
restos mortales, enterrados en el habanero cementerio de Colón, fueron
repatriados a Puente Genil en los primeros años del siglo XX para que reposaran
en el panteón que la familia Delgado Parejo poseía en el cementerio de Jesús
Nazareno. Al desmantelarse éste, sus
cenizas junto con las de los demás miembros de la familia fueron depositadas en
el enterramiento de D. Juan Delgado Bruzón.
Fuentes de información: Hemeroteca Nacional, Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, Archivo Histórico Nacional, revista Fuerza Naval, El Libro de Puente Jenil, revista El Pontón, archivo particluar de las familias Morales Delgado y Delgado Carvajal.