sábado, 13 de agosto de 2011

UNAS PINCELADAS DE HISTORIA DE LA FERIA REAL DE PUENTE GENIL

Al llegar estas fechas de la canícula de agosto, con media España de vacaciones e inmersa en fiestas, vienen a mi memoria los felices tiempos en los que la feria real de Puente Genil era el referente de la comarca.  Exiliado temporalmente, con la nostalgia de aquellas inolvidables noches de música, baile y farolillos, quiero pasear la imaginación y dar unas pinceladas de aquellas antiguas ferias.
                El 13 de mayo de 1834 (ese año se había producido la unión de Miragenil y Pontón de Don Gonzalo) acuerda el Ayuntamiento autorizar la feria real entre los días 15 al 17 de agosto.  El lugar de celebración era el Barrio Bajo, con mercado de ganados en el Señor del Río, primero, y junto al Matadero (actual calle San Sebastián) después.  Las casetas, tenderetes, puestos, etc., se distribuían desde el paseo del río hasta el final de la calle Ancha.  Según Luque Estrada, las atracciones y espectáculos de circo se instalaban en la plaza de Emilio Reina, aunque también hemos visto fotografías en las que la noria aparece en el mismo llano de San Sebastián.  Tanto el Casino Liceo como el Mercantil (entonces estaban ambos en la calle de la Plaza) celebraban animados bailes.

 Noria y feria de ganado en el Matadero (Llano de San Sebastián)


Como Puente Genil fue el primer pueblo de Andalucía en tener luz eléctrica, ésta siempre ha estado presente en la feria.  Desde el año de inauguración del alumbrado, 1888, los arcos, guirnaldas y otros adornos lumínicos han sido una parte importante de la fiesta. 


  Arcada de luces en la entrada a la feria por el paseo, en 1911.  Obsérvese que el apoyo de la izquierda está situado delante de la ermita de la Caridad.  También es digno de mencionar la gran cantidad de cables de alambre para la luz que cruzan la calle (de ahí la famosa copla de Carnaval).


Precisamente, la foto que se muestra más arriba es de 1911 (como se puede observar ampliándola y mirando el escudo que hay sobre el primer arco de luces).  En aquella época las arcas municipales no disponían de caudal para hacer frente a los gastos de alumbrado, banda de música (que todavía no era municipal), premios, etc.  Por eso, se hacía una suscripción popular en la que los vecinos aportaban lo necesario para acometerlos.  Pero la mejor forma de saber cómo se desarrollaban los festejos es leyendo el programa de los mismos, que apareció publicado en El Aviso.  En esta etapa de principios del siglo XX la feria iba del 15 al 17 de agosto y las actividades que se organizaban eran sencillas, sin grandes atracciones.



 PROGRAMA FERIA 1911

Como se ha podido leer, el primer y segundo días había concursos en el río: de cucaña y de natación.  Son las fotos que todos hemos visto en distintas publicaciones y colecciones.  Pese a ser conocidas, pongo una para que los lectores puedan entender mejor el ambiente.

 Concurso de natación en la isleta de La Alianza, 1911.

Hasta 1923 la feria se celebró, como he dicho, en el Barrio Bajo.  Ese año se decide trasladarla a la Matallana.  Los motivos fundamentales fueron de espacio, pues la amplitud de la avenida de Susana Benítez y todas las zonas aledañas eran ideales para esta función.  Al principio el alumbrado iba desde el final de la calle Aguilar hasta el final de Susana Benítez (El Morabito, dicho sea de paso, todavía no existía como tal).  Con el tiempo se fue ampliando hasta llegar al Tropezón.  La zona de atracciones se colocaba, en aquellos primeros años, en el llano que ahora ocupa el Instituto Manuel Reina.  En un primer momento, en el Romeral se realizaban las actividades típicas del tipo de conciertos, tracas, etc.  Muestro el programa de 1928 (aparecido en Industria y Comercio), en el que se puede ver que la feria duraba del 15 al 19.  No sé el motivo de alargar los días de fiesta en esa época, ya que hasta los años setenta no se habilitó el día 19 como feriado.

 Programa aparecido en Industria y Comercio 1928.

Poco a poco la feria en La Matallana se fue ampliando, de forma que prácticamente dejaron de realizarse actividades en el Barrio Bajo (sólo las relacionadas con el río).  El real llegaba ya hasta el Tropezón.  Y en el Romeral comenzaron a instalarse casetas: la del Liceo y de Los Amigos del Teatro.  La del Mercantil se instalaba en la fachada del Asilo y el campo de fútbol de que había en el actual Instituto Manuel Reina se convirtió en Castea Municipal (llamada entonces Caseta Popular).  Posteriormente cambiarían de ubicación.

 Programa 1944.

Con el paso del tiempo se fueron ampliando las actividades, de forma que aparecieron carrozas.  Una de las características de estas fiestas era la importancia de la música.  A las compañías de zarzuela que actuaban en el Teatro Circo se unían los conciertos de la banda municipal, que daba dos sesiones: una matinal en la calle de la Plaza y otra nocturna en el Romeral.  Los repertorios eran variados.  Para que nos hagamos idea de la calidad que alcanzó la banda de nuestro pueblo, aquí pongo uno de los programas para un día de feria de 1953.

 Notificación a D. Germán Sanchís, director de la Banda, sobre la feria de 1953.




 Programa del concierto de la Banda Municipal para un día de la feria de 1953.




 Componentes de la Banda Municipal en el real de la feria, en agosto de 1953.  De izquierda a derecha: José Ramos (trompeta), Antonio Maíz (bombo), Andrés Solís (caja) y Rafael Morales (bajo).
(Foto cedida por Andrés Solís Benjumea)
Ese mismo año 1953 el programa ofrecía una novedad: el concurso de "manejo" de motos, que entraban en competencia con los de caballos y enganches.  Una exótica aportación a la época.  Y también es de destacar que el alumbrado no lo ponía todavía Ximénez, sino SUAI, empresa de electrificaciones de Antonio Velasco Labrador, hombre emprendedor y visionario que siempre tuvo ingenio para crear los más variados y rentables negocios.


 Programa 1953. 

 Caseta de Los Amigos del Teatro, en el Romeral, en 1954.  Podemos ver, entre otros, a Antonio Cuevas núñez, Francisco Luque Estrada, Antonio Mora Expósito y Andrés Solís Benjumea. 
  La evolución económico social de Puente Genil se fue haciendo patente en nuestra feria.  En los años sesenta se ofrece una variedad de actividades lúdicas deportivas bastante más amplia.  Se introducen deportes como el balón volea (voleibol), ciclismo, baloncesto y balonmano, además de fútbol y pedestrismo.  En la zona de la Cuesta del Molino se instalaban los circos.  También se introducen los concursos de mises en la playa de Torremembrillo a mediados de los años sesenta.  Y en 1967 se instaura uno de los más prestigiosos festivales de flamenco que se ofrecen a lo largo del año… el que se denominó desde el primer momento “Fosforito canta en su pueblo”.  La primera edición del evento tuvo lugar el 16 de agosto en el patio del Instituto.  Los dos años siguientes se celebró el 15 de agosto.  A partir de 1970, el día 14, excepto el año 1977 que fue el 13 de agosto.


 Programa 1964.

 Facsímil del cartel del primer festival flamenco FOSFORITO CANTA EN SU PUEBLO


 Aspecto que presentaba la feria en la Matallana, en los años sesenta.




En el año 1973 decide nuestro ayuntamiento trasladar el real a los aledaños del campo de fútbol Jesús Nazareno.  Cincuenta años había permanecido en la Matallana.  La abundancia de espacio en el que montar casetas, las instalaciones del nuevo colegio Agustín Rodríguez, la piscina municipal y el campo de fútbol, las enormes zonas de aparcamiento… todo fueron buenas y acertadas razones para cambiar la ubicación.  Y en 1978 la feria pasó a tener 1 día más.  Así, comenzaba el 14 con el festival flamenco y terminaba el 19.  Las casetas se instalaban en las paredes del campo de fútbol y la zona de atracciones en la actual plaza del Ancla.  En septiembre de 1985 se erigió el monumento a la Armada Española en aquel lugar, por lo que, a partir de 1986, la “calle del infierno” pasó al llano que había frente a Agustín Rodríguez.  Esa zona que se convirtió también en el lugar de asentamiento de las casetas de las distintas peñas y corporaciones.  Al pasar la feria de la Matallana a este nuevo sitio la caseta municipal se trasladó al patio de Agustín Rodríguez, la del Liceo a la piscina del Campo de Fútbol –primero- y al aparcamiento del colegio desde la fecha citada de desplazamiento de la calle del infierno; la del Pensionista se instalaba en la guardería (actual Cruz Roja).  En éste último lugar estaría la de la Peña Genil posteriormente.  Es la época que podríamos llamar de esplendor con actuaciones de relevancia todos los días y masiva afluencia de visitantes procedentes de toda la comarca.  Por nuestra caseta municipal pasaron las primeras figuras de la canción y del espectáculo.


 Feria en la explanada del campo de fútbol Jesús Nazareno.




Programa de 1975.


Camilo Sesto, acompañado de Francisco Cielos, concejal del ayuntamiento de Puente Genil, el 18 de agosto de 1975,





Aspecto que presentaba la Caseta Municipal en 1977, año en que se instaló una noria hecha por el carpintero apodado "El Brevo".

Por último, el desarrollo urbanístico hizo que se creara una nueva red de calles e instalaciones en los llanos de Santa Filomena y Espuny.  Nació la avenida de Europa y toda la barriada que se ha creado alrededor.  En el año 2000 el equipo de gobierno municipal decidió trasladar el real de la feria a esa zona, que causaría menos molestias a los vecinos.  La Matallana se convirtió en esos primeros años de la década de dos mil en feria de día.  Se colocaron toldos para hacer más llevadero el calor.  Pero en esta etapa, que es la actual, asistimos a una feria devaluada, con poca animación.  Han cambiado las costumbres y la mayoría de los pontanos usamos los días de feria para viajar.  De ahí que desde hace más de una década esté sobre la mesa el debate de si cambiar la fecha, si hacer un recinto ferial en El Garrotalillo, etc.  En el año 2005 se aprobó un proyecto de recinto ferial en el que tendrían cabida las asociaciones de nuestro pueblo.  Se hizo reserva de suelo por parte de muchas corporaciones y entidades culturales, mas sólo quedó en una idea pendiente de desarrollo.  Esperemos que, en un futuro no muy lejano, Puente Genil vuelva a tener una feria real grande por su animación, prestigio y oferta de actividades.



 La feria en la Avenida de Europa.


 Feria de día en la Matallana.


 Bibliografía:
- Revista Industria y Comercio de 1928, 1944, 1953, 1964.
- Revista El Aviso de agosto de 1911.
- Boletín Anzur de agosto de 1975, 1976 y 1977.
- Luque Estrada, F, Puente Genil, 1900 1982.  Puente Genil, 1983.  Gráficas Consolación.


Fotografías:
- Archivo de Pedro Rivas.
- Archivo de Andrés Solís.
- Archivo de Paco Díaz.
- Archivo de Andrés Linares Porcuna.

lunes, 1 de agosto de 2011

LA INAUGURACIÓN DEL TEATRO CIRCO

             
              Cuando llegan los días finales de julio celebramos una efeméride cultural bastante significativa para Puente Genil: la inauguración del Teatro Circo.  La oficial fue el 25 de julio de 1902, día de Santiago.  Pero antes se habían producido una serie de acontecimientos culturales y festivos para dar mayor boato e importancia a este hecho, sin precedentes en un pueblo de provincias.
                La afición pontana al teatro es inmemorial.  Y va unida a unos lugares en los que representar las funciones.  Todos los historiadores locales, desde Aguilar y Cano / Pérez de Siles hasta José Segundo Jiménez, han hecho referencia a los distintos teatros que hubo en La Puente a lo largo del tiempo.  Pero los datos que podríamos llamar fidedignos parten del siglo XIX, ligados a la figura de uno de los filántropos y políticos que han pasado por estos lares.  Me refiero a Agustín Álvarez de Sotomayor Domínguez que en la época de Fernando VII construyó su propio teatro en la calle Ancha, 11, actual vivienda de D. Francisco Chacón Cabello (en su parte trasera, a la cual se accede desde la calle Guerrero).  Esta sala de representaciones (o parte de ella) estuvo en pie hasta los años ochenta de la pasada centuria, aunque convertido en almacén de abonos.  El local pasó después, según parece, a D. Joaquín Borrego Ruiz.  Incluso tenemos referencias de un documento en el que este señor junto a otros hizo un préstamo para poder afrontar los gastos del mismo.  Era para representaciones de aficionados en el que hicieron sus primeros pinitos como autores personajes de la talla de Antonio Aguilar y Cano, con su obrita “Una limosna, por Dios”.
                Pero en el último tercio del XIX es cuando comienza la verdadera explosión de las representaciones profesionales.  En 1881 abrió el Teatro Cervantes, que estaba situado en la calle Baena y cuyo propietario era D. Bernardino Cabello.  Funcionó hasta 1893.  En junio de 1884 D. Pedro Granados pide autorización para construir un teatro de verano en la parte final del Paseo de la Plaza Nacional.  Téngase en cuenta que esa zona no fue ocupada por dependencias de La Alianza hasta 1914 ó 1915, fecha de construcción de las oficinas que todavía podemos ver al final del Paseo (en la portada de piedra de las mismas pone la fecha 1916; por tanto, se empezarían a construir 1 ó 2 años antes).  El desnivel entre la entrada a la fábrica y el paseo serviría de lugar en el que colocar la grada, suponemos.   En 1888 los señores D. Rafael Rivas Pérez y D. Manuel Solís Cantos solicitan el arrendamiento de un trozo de terreno en el Paseo de la Plaza Nacional para construir un teatro de verano al que llamaron Teatro Circo de Rivas y Solís.  Fue en esta sala en la que se llevaron a cabo las representaciones que celebraron la inauguración de la luz eléctrica: El postillón de la Rioja y Marina.  Desapareció al arder sus instalaciones.
                El 3 de septiembre de 1901 comenzó la construcción de un nuevo coliseo, que se situó entre las calles de Jesús y La Huerta.  El promotor, proyectista y constructor fue Rodrigo García  Luque, autor, entre otros, del edificio del actual Casino Pontanés (construido en 1897). Las obras finalizaron el 22 de junio de 1902, fecha en que (según recogen las Efemérides Pontanenses, de D. Baldomero Giménez) le fue ofrecido un primer banquete a Rodrigo García.  Según cuenta Miguel Romero en su crónica en El Defensor de Córdoba del 23 de julio de 1902, el 22 de julio se celebró en el patio del teatro otro banquete al que asistieron autoridades, personas de edad y figuras de la talla de Manuel Reina y José Contreras.  En el relato de Romero se inserta el poema que el poeta y escritor  Leopoldo Parejo leyó.




 

La inauguración oficial del escenario se produjo el día de Santiago.  Se representaron El barquillero (Chapí - López Silva - Jackson), La Mariguana y La marcha de Cádiz (Chapí - Valverde, de la zarzuela Cádiz), por la compañía de D. Eugenio P. Pamplona.  Ofrezco a continuación el recorte de prensa del periódico El Defensor de Córdoba, también de Miguel Romero.  En esta crónica aparece un poema de José de Siles, periodista y literato natural de Puente Genil cuya labor se desarrolló entre el último tercio del XIX y primera década del XX (falleció en 1911).  Este autor es uno de los grandes olvidados de las letras locales, pues alcanzó en su época una fama equiparable (en mi opinión) a la que en la actualidad pueden tener periodistas de la talla de Ussía o Antonio Burgos, con una prosa jocosa – irónica y poesía epigramática y costumbrista.


         No entro en detalles constructivos o artísticos del nuevo teatro que, como se puede leer en las crónicas de Romero, fue llamado Teatro Circo El Imperial.  Este edificio es una parte importantísima de nuestra cultura.  En mi opinión, merece un estudio serio y formal que deje constancia de su importancia y de las miles de anécdotas, circunstancias y vivencias que el mismo encierra.  Quizás sea el momento de acometer el reto de poner en valor histórico un edificio lleno de leyenda y que, indudablemente, nos fascina a todos los que amamos el arte y la cultura.

Bibliografía consultada:

- Giménez Luque, Baldomero.  Efemérides Pontanenses, Puente Genil, 1916.  Imp de Baldomero Giménez.
- Jiménez Rodríguez, José S., Episodios Locales Pontanos: Puente Genil en la época de Alfonso XII y la Regencia de María Cristina de Hasburgo.  Col. Anzur, nº XXXIV.  Puente Genil, 2002.  Artegrafía Gallegos.
- Romero Carmona, Miguel.  Artículos varios en el Defensor de Córdoba del 23 de julio y 5 de agosto de 1902.