domingo, 22 de mayo de 2011

DEFENSOR DE LOS INTERESES COMERCIALES, INDUSTRIALES Y AGRÍCOLAS DE ESTA ZONA.

               
               Con esta coletilla se presentaba ante el público, el 2 de mayo de 1911, el semanario independiente El Aviso.  Por tanto, se están cumpliendo en este mes de mayo los cien años de la aparición de ese proyecto editorial que pergeñara, tras varios intentos, D. Baldomero Giménez Luque.
                La historia del primer tercio del siglo XX en Puente Genil está ligada, indefectiblemente, a la figura de Don Baldo, como cariñosamente era conocido.  Para hablar de su semanario habría que estudiar la figura, la psicología de este pontanés de adopción que, a través de su negocio, con una altura de miras rayana a veces en la candidez, llenó de logros económicos, sociales y culturales el Puente Genil de estos principios de la pasada centuria.
                Sus datos biográficos han quedado un poco difusos por el paso del tiempo y no haberse dejado reflejo escrito de su trayectoria.  Las pinceladas que mostramos están sacadas de las investigaciones de Antonio Illanes Velasco, cronista oficial de la Villa, una de las personas que mejor conocen la historia de Puente Genil.  Los datos fueron publicados en nuestra revista, El Pontón, nº 200.  Según cuenta Illanes, D. Baldo nació en Vélez Málaga en 1872.  Tras largas vicisitudes, pues quedó huérfano de padre y madre a corta edad, recaló en Puente Genil.  Creemos que comenzó su andadura como colaborador en el semanario republicano federal La Bética, que fundó en 1903 D. José Esteban Delgado Bruzón, líder del republicanismo federal en nuestro pueblo.  Y es que en La Puente existía en la etapa finisecular del XIX una extensa lista de republicanos ilustrados de la talla intelectual e industrial del citado Delgado Bruzón, Justo Estrada Haro, Leocadio Santaella, Andrés Carvajal Villalba, Manuel Rey Cabello, etc.  Fue concejal en nuestro ayuntamiento por este partido republicano en varias ocasiones.  Aunque nunca dejó de tener una intimísima amistad con Bruzón, sus ideas se fueron moderando con el paso de los años.  Su participación en la creación de la Escuela Municipal de Artes y Oficios, un centro adelantado en su tiempo y modelo en toda la provincia, fue fundamental.
                D. Baldomero Giménez se casó con una pontanensa, Encarnación Morales Pérez, profesora de primera enseñanza, con la que tuvo dos hijas: Laura y Concepción.
                Aproximadamente en la segunda parte del primer decenio del siglo XX, funda su imprenta, La Estrella, situada en la calle de la Plaza, desde la que desarrolló la intensísima labor periodística, cultural y social que ya hemos apuntado.  El dato de la fecha de apertura lo ofrecemos con la debida cautela y basándonos en el hecho de que La Bética no se imprimía en su tipografía, a pesar de ser miembro activo del partido y amigo íntimo del director.  Como fue fundada en 1903, seguramente en ese año no había abierto aún La Estrella.  Hasta 1911, año de aparición de El Aviso, desarrolló la labor periodística en Diario de Córdoba, Diario Liberal y El Defensor de Córdoba.
                Entre sus actividades literarias, aparte de estas colaboraciones periodísticas, están la fundación de Los Amigos del Libro, Juventud y Cultura, El Parnasillo, etc.  Creó con jóvenes de la localidad (entre los que podemos citar a artistas tan preclaros como Juan Rejano, José Cabello o Pérez Carrascosa) una sociedad teatral que puso en escena distintos sainetes y obras, canalizando las primeras inquietudes de estos poetas.  Además hay una faceta bastante importante y olvidada: su producción literaria propia, compuesta por comedias, poemas, alguna novela y estudios sobre aspectos históricos de Puente Genil.  Cabe destacar El hombre y el oso,  El maestro chapetas, El tigre negro, Plutón y El cuento de la viuda, en cuanto a comedias;  La Traviesa, en cuanto a novelas; Efemérides pontanensas y Almanaque guía de Puente Genil para 1915 son sus otros estudios.
La imprenta La Estrella no se dedicó exclusivamente a la labor de impresión de El Aviso y estas obras.  Desarrolló una labor editorial encomiable para la época.  De sus prensas salieron La voz de Lucena, Semana Santa en Puente Genil (de Miguel Romero), varias de las obras de Agustín Aguilar y Tejera (Romancerillo del campo y Romancerillo sentimental, entre otras), etc.  Don Baldo fue nombrado, por esta intensa labor en pro de la cultura, académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba.
El Aviso fue un proyecto que nació con la idea de defender la economía y la cultura de Puente Genil.  Desde sus inicios, Don Baldo tuvo clara la línea editorial: dar ideas, propiciar encuentros, promover iniciativas, hacer suscripciones, …, es decir, dar oportunidades para que los distintos estamentos de la época dieran lugar al desarrollo de Puente Genil.  Siempre escribió desde una postura absolutamente moderada y equidistante de todas las ideas.  Y en las páginas del semanario cupieron todas las opiniones, siempre desde el respeto y la educación.  Creemos, sin temor a equivocarnos, que El Aviso fue un modelo de lo que debería haber sido el ambiente para que España no se encaminara al desastre en que desembocó la Segunda República.  Plumas como las de Julio Montilla, Leopoldo Parejo, Narciso Díaz, Gabriel Morón, Juan Rejano, Rodolfo Gil, Aguilar y Tejera, Cabello y Cabello, Pérez Carrascosa, etc., dejaron su impronta literaria. 
Otro aspecto importante de la revista fue el histórico, pues a través de sus páginas se fueron recogiendo algunas pinceladas del pasado de nuestro pueblo, sobre todo a partir de la segunda mitad de la década de 1920 en la que dedica unas páginas todas las semanas a reordar hechos de la localidad.  Y el de la sociedad de la época pues semanalmente aparecían las notas sobre bodas, natalicios, defunciones, logros académicos, etc.
Aunque El Aviso siguió publicándose un año, la muerte de D. Baldo, el 5 de mayo de 1929, supuso una barrera casi infranqueable pues con él murió el espíritu de conciliación, altruismo y altura de miras, además de iniciarse una época en la que las agitaciones políticas, la diversidad y radicalización de las ideas hizo que estallara una multitud de publicaciones de efímera vida que quitaron una parte importante de lectores y de negocio a El Aviso.
En la actualidad esta publicación se encuentra colgada en la página web del Ministerio de Cultura: http://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/busqueda.cmd.  La pena es que sólo hay una pequeña parte de la colección y, además, de forma bastante deslavazada pues ni los meses ni los años están completos.  Sería conveniente que, de una vez por todas, nuestra delegación municipal de Cultura iniciara el proyecto de recopilación, recuperación y puesta en valor de todo el patrimonio periodístico de nuestra localidad.






- El Pontón, Órgano de difusión de la Asociación Cultural Amigos de Puente Genil.  Nº 200 - Julio-agosto de 2004.
- Mundo Gráfico.  Revista Popular Ilustrada.  Ejemplar del 30 de abril de 1913, pág 5.  (fotografía de D. Baldo).
- El Aviso.  Semanario Independiente.  Imp La Estrella.  Puente Genil, 2 de mayo de 1911.
- Página web del Ministerio de Cultura:     http://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/busqueda.cmd.







miércoles, 11 de mayo de 2011

LA ONOMÁSTICA DEL REY.



             Hace unos días vi, en el foro de Puente Genil que hay establecido en internet, entre otras muchas, una foto de un acto en el Romeral.  Por no aventurarme a errar en mis comentarios, pues la foto la tenía documentada desde hace algunos meses, no quise contestar al amigo que la colgó.  Ahora, tras consultar los archivos y refrescar la memoria, quiero explicar cuándo y por qué se tomó esa instantánea.
                Para empezar, habría que decir que la misma es de febrero de 1924.  Y comienzo diciendo la fecha porque ese dato explica todo lo demás.  Es la época en que estaba dando sus primeros pasos la Dictadura o Directorio Militar del general Miguel Primo de Rivera,  Marqués de Estella que, cuando ocupaba el cargo de capitán general de la Región Militar de Cataluña, dio un golpe de estado con el beneplácito se S.M. D. Alfonso XIII, el 13 de septiembre de 1923.
                Entre las ideas de Primo de Rivera para regenerar la vida económica, política y social de España estaba la de convertir nuestra nación en una especie de gran cuartel militar.  Así, cinco semanas después del golpe de Estado, el Directorio Militar instituyó la figura del delegado gubernativo para asistir a la Dictadura en su labor regeneradora de la vida nacional, destruir las redes caciquiles locales e impulsar «en los pueblos las corrientes de una nueva vida ciudadana».  Elegidos entre jefes y capitanes del Ejército, los delegados gubernativos fueron puestos bajo mando directo de los gobernadores civiles, cargos estos, a su vez, ocupados por generales desde el comienzo de la Dictadura y dependientes del subsecretario de Gobernación y número dos del régimen, el general Severiano Martínez Anido. Las directrices de Primo de Rivera y Martínez Anido a los oficiales denotan que desde un principio se combinó el intento de destruir las viejas redes políticas locales con un ambicioso plan de «educación ciudadana». Así, los delegados recibieron órdenes de desmantelar los ayuntamientos y perseguir a los caciques, pero también se les asignó la creación del Somatén, grupos de Exploradores, asociaciones gimnásticas y sociedades culturales para hombres y mujeres en las localidades que tenían bajo su jurisdicción. Los delegados, además, tenían la obligación de intentar disminuir las tasas de analfabetismo y organizar «conferencias patrióticas» en las que se promovieran las virtudes y tradiciones de la raza hispana, el deber de defender a la patria, la veneración al Jefe del Estado, el respeto a la autoridad, el amor a la naturaleza y la obligación de pagar impuestos.  En toda esta «misión educativa» encaminada a fortalecer «el alma y el cuerpo del ciudadano» se recomendaba a los Delegados recabar la colaboración de «maestros, sacerdotes, médicos y hombres buenos y cultos».  Decidido a que la acción de los oficiales llegara hasta el último rincón del país, Primo de Rivera asignó un delegado gubernativo a cada partido judicial y, a principios de diciembre de 1923, un total de 523 delegados estaban repartidos por toda España.  La efectividad de los delegados en la destrucción de las viejas redes políticas está fuera de toda duda, en lo que respecta a la labor «educativa» de los militares encontramos más sombras que luces. Para transmitir a los ciudadanos la idea oficial de España, los delegados utilizaron las mismas técnicas pedagógicas que en el cuartel, combinando teoría y práctica. De una parte, los Delegados organizaron en sus partidos judiciales las denominadas «conferencias patrióticas», actos propagandísticos en los que se explicaba el concepto de España, las «grandezas» de su pasado imperial y su inminente resurgir de la mano del «caudillo» nacional. De un modo complementario, los oficiales se mostraron muy activos en la promoción de celebraciones patrióticas, como la Fiesta de la Raza, la Fiesta de la bendición de la bandera del Somatén o la Fiesta del Árbol, con las que se pretendía integrar de un modo participativo al conjunto de la población en rituales nacionalistas.
                Todo lo explicado viene a cuento porque esta última idea, la de promocionar las fiestas de carácter patriótico, es lo que refleja la foto que comentamos.  La exaltación del Jefe del Estado, el rey Alfonso XIII, se llevaba a cabo, de entre otras maneras, celebrando solemnemente su onomástica.  Ese día en Puente Genil se combinó el acto de exaltación a la enseña nacional, la bandera roja y gualda, con el homenaje al rey.  Para ello, el Delegado Gubernamental decidió que en el paseo de El Romeral se izara una gran bandera de España en honor de su Majestad.
                Al acto asistieron, además del pueblo en masa, las autoridades locales: el alcalde, D. Hipólito Reina Padilla; el juez municipal, D. Fernando Cortés Gálvez; el capitán de la Guardia Civil, D. Julián Acedo Hernández y el párroco regente de la Purificación, D. Juan Lucena.  El acto estuvo presidido por el delegado gubernamental, que era el capitán del arma de Caballería D. Francisco Corrales Gallego.  La foto, aunque de no demasiada calidad, nos muestra el instante en el que un soldado iza la bandera mientras los capitanes Corrales y Acedo hacen el primer tiempo del saludo militar y las demás autoridades están en posición de firme.   Tras estas autoridades se puede atisbar a los miembros de la banda municipal (que en esa época dirigía Jesús Gant Pineda) en lo que debía de ser la interpretación de la Marcha real.
                Aparte del acto en sí, podemos ver un Romeral muy distinto al que recordamos en las últimas décadas.  Así, debido al desnivel que existe entre la acera de la derecha y la que pega con la calle Horno, había un muro de piedra con barandillas del mismo estilo que las del paseo del río.   Este paredón producía (o al menos en la foto así lo parece) un efecto óptico de un gran desnivel entre ambos lados del paseo.
                Según cuenta Luque Estrada, en cuya obra Puente Genil, 82 años de historia: 1900 - 1982 aparece la foto, el paseo del Romeral se construyó en 1921, cuando era alcalde D. Antonio Romero Jiménez (de ahí su nombre).  En mayo de 1950 se inauguró la reforma que hizo que desapareciera el muro y se convirtiera en un paseo con varios niveles ajardinados, configuración que, grosso modo, se conserva en la actualidad, aunque desde esa época hay sido sometido a varias reformas.
                La fotografía que hemos comentado apareció publicada en la revista Mundo Gráfico, Revista Popular Ilustrada, de fecha 6 de febrero de 1924.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Giménez Luque, Baldomero.  Revista El Aviso.  Puente Genil, 1924.  Imp. La Estrella, nº de febrero de 1924.
Luque Estrada, F., Puente Genil 82 años de historia: 1900 – 1982.  Puente Genil, 1989.  Gráficas Soyma, págs..223 y sigu.
Mundo Gráfico.  Revista ilustrada, Madrid, 1924.  Ejemplar del 6 de febrero de 1924, p. 18
Ubieto, Reglá, Jover, Seco.  Introducción a la historia de España.  Barcelona, 1986, Ed. Teide.

jueves, 5 de mayo de 2011

MANIOBRAS DE LA CRUZ ROJA


               En varios foros, de los muchos que funcionan en facebook, he visto publicadas fotos antiguas de Puente Genil.  Todas ellas son de gran interés e importancia histórica.  Pero, a pesar de la buena voluntad de las personas que generosamente las suben para que todos podamos disfrutar de ellas, hay un problema importante: en la mayoría de las ocasiones pierden casi el ciento por ciento de su interés por no llevar un comentario que aclare la época, los personajes que aparecen, el por qué de la toma, etc.
                En alguna ocasión he comentado algunas de las que he visto, pero sería imposible andar todo el día intentando contestar o aclarar a los diferentes y generosos internautas que ofrecen lo que encuentran en archivos y páginas web.  Por eso, y como casa perfectamente con el sentido de este blog (dar luz a archivos históricos de Puente Genil) iré sacando a la luz fotos de las muchas que, a lo largo de los 25 años de la revista El Pontón, hemos ido publicando y otras que tenemos datadas y catalogadas. Y también por aquello de que una imagen vale más que mil palabras y es una buena forma de atraer lectores a nuestro blog.
                Las primeras imágenes que quiero colgar y comentar están publicadas en varios medios.  Entre ellos, el libro Puente Genil, 82 años de historia, de Luque Estrada.  También las he visto en una colección de imágenes que hay en la sede local de la Cruz Roja.  Se trata de las primeras maniobras que, el 3 de junio de 1928, realizaron conjuntamente el cuerpo de los voluntarios de la Cruz Roja local y el de los Bomberos.  Este hecho fue recogido fielmente por D. Baldomero Giménez en su semanario El Aviso.  En lugar de mostrar el original del periódico, transcribimos lo que relató este periodista local…

MANIOBRAS
<< El domingo 3 del que cursa, por la madrugada, marcharon a Campo Real todos los individuos que constituyen el cuerpo sanitario de la Cruz Roja y el de Bomberos, mas la Junta Directiva y algunos invitados, entre los que tuvimos el gusto de contarnos, al objeto de realizar las maniobras que son indispensables a ambas instituciones, para adquirir la práctica necesaria, que les permita, en un momento dado, desempeñar con acierto sus funciones.
Además del material de incendios, fue llevada la nueva y preciosa camioneta que expresamente para las Ambulancias de la Cruz Roja ha sido construida, con capacidad para dos Camillas, y espacio suficiente para las personas que puedan ir al cuidado de heridos y enfermos.
Las maniobras se efectuaron en la finca Nuestra Señora del Carmen, propiedad de D. Manuel Delgado Delgado, cedida, graciosamente, para el objeto, por su propietario.  D. Francisco Aguilar Montilla, fue el encargado de instruir a los individuos en las marchas y evoluciones de sabor militar, el más apropiado para la buena organización y disciplina del cuerpo.
El practicante D. Manuel Cejas Serrano instruyó a los individuos de las Ambulancias de la Cruz Roja en las operaciones de vendajes y curas de urgencia, en su aspecto elemental que es el suficiente para lo que puedan necesitar los camilleros.
Se hicieron prácticas con la escalera y demás material de salvamento y extinción.
Por la tarde en el tren carreta de Lucena regresaron al pueblo, y su desfile por las calles principales resultó brillantísimo, elogiando todo el mundo la buena organización de ambos cuerpos y la abnegación y altruismo de los individuos que los constituyen, los que solo por humanidad, sin sueldo ni recompensa ninguna están prontos a ser útiles a sus semejantes, haciendo resaltar el caso, acaso único, de que sea Puente Genil, entre los pueblos de su importancia y categoría, el que mejor organizado tiene estos servicios, gracias a la Junta Directiva, incansable, y a la protección que les presta el Ayuntamiento.
Nuestra felicitación al señor Alcalde y a la Junta Directiva de la Cruz Roja, por la organización de esos dos cuerpos que puedan llenar de legítimo orgullo a nuestro pueblo>>.

            En primer lugar hay que decir que el alcalde de Puente Genil en esa época era D. Juan Delgado Bruzón y que la finca Ntra. Sra. Del Carmen está situada enfrente de la estación de Campo Real.  Todavía hoy son visibles restos del antiguo cortijo que se ve en la foto.  El propietario de la misma era hijo del Sr. Delgado Bruzón.  También apunto que el llamado "tren carreta" era el que iba a marcha lenta, parando en todas las estaciones del recorrido.
                Según cuenta Luque Estrada en la obra citada, la Asamblea Local de la Cruz Roja se creó en Puente Genil el 9 de octubre de 1921.  A lo largo de esa década fue creciendo en importancia por el número de sus afiliados y por el material que fue adquiriendo.  También por instituir el Día de la Banderita, la creación, en 1923 de la Junta de Damas de la Cruz Roja, etc.
                Las fotografías que mostramos son de la ambulancia que donó el Ayuntamiento en 1927 y de la formación del cuerpo de camilleros y ciclistas de la Cruz Roja en la puerta del cortijo apuntado.  El Sr. Manuel Cejas era el practicante titular y el inspector médico D. Leonardo Velasco Estepa.  Aunque es muy difícil decir el orden de los voluntarios, creemos que el jefe que aparece es D. Francisco Aguilar Montilla.  Algunos miembros, seguro que muchos de ellos están retratados en esa fotografía fueron: Antonio Ortega Montilla, Joaquín Haro Carrión, Francisco García Hidalgo, Fernando Carvajal Ortega, Joaquín Arcas, Juan Abril, Martín, Agustín Sánchez Esojo, Antonio Leva Trujillo, Manuel Luna Rey, José Jiménez Horcas, Alejandro Osuna Carreño, Francisco Pérez Porras, Antonio Rivas Abad, Enrique Avilés Sánchez, Antonio Molina Gil, José Luna Rey, José Gallardo Jiménez, Antonio Baena Rivas, José Jiménez Rivas, Ramón Cabello Prieto, Rafael Delgado Prieto, Antonio Castilla, Antonio López Arroyo y Miguel Cejas Morales.  Muchos otros voluntarios pusieron su ilusión en esa labor de ayuda en los momentos de catástrofe, accidente o incendio.  Vaya desde aquí nuestro sentido homenaje.